martes, 15 de abril de 2008

Causas del maltrato

El catedrático en Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco, Enrique Echeburúa, aseguró que en el caso de la violencia de género, el maltrato existe de "forma latente" desde "el principio de la relación".
Así, en declaraciones a Europa Press, Echeburúa aclaró que "no existe un maltrato aislado", y que en muchas ocasiones las víctimas tienen una distorsión cognitiva de la realidad y piensan que pueden "cambiar" la actitud negativa de sus parejas, mientras que lo que sucede es que con el paso del tiempo se "agrava" esa conducta violenta.

Echeburúa intervino el 14 de abril en Santiago en el Congreso Internacional "La Violencia y sus Contextos" con una ponencia sobre la "Violencia contra la mujer", en la que ofreció datos clarificadores para contextualizar esta actuación delictiva que ya es una realidad social.

Aseguró que los estudios realizados por el Centro de Violencia Familiar, que dirige, concluyen que "el maltrato es una conducta crónica". La socialización y la empatía ante el sufrimiento ajeno hace que el ser humano "aborrezca" la violencia, por lo que "es difícil ser violento por primera vez", pero luego los episodios de violencia se repiten en periodos cada vez más cortos y por motivos más triviales.

HOMICIDIO CONYUGAL

Además, en relación con los homicidios conyugales, Echeburúa destacó el incremento objetivo de estos delitos en los últimos años. Al respecto, aclaró que una de las principales causas de este aumento es el "nuevo papel de la mujer en la sociedad", que los hombres maltratadores no asumen.

Según el psicólogo, muchos hombres se han socializado en el modelo de que las mujeres están a su servicio, y creen que "tienen derecho a dominar a la mujer".

Además, la mujer ahora tiene un nivel cultural alto, en ocasiones superior al de su pareja, una profesión e independencia económica, y no está dispuesta admitir modelos de servidumbre en los que pudieron educarse generaciones anteriores. Para Echeburúa, es ese desfase entre las expectativas que tienen este tipo de hombres y de lo que obtienen en la vida cotidiana, lo que puede desencadenar episodios de violencia o incluso de homicidio.

En los últimos diez años, han fallecido en España a manos de sus parejas, entre 60 y 70 mujeres al año. Al respecto, Echeburúa destacó que el sistema judicial debería hacer cumplir "íntegras" las penas, ya que la solución no es endurecerlas sino "no rebajarlas".

Pero más allá de las penas por violencia u homicidio, a Echeburúa le preocupa evitar que el maltrato se llegue a producir. Para ello, dijo que era necesario analizar la actitud de la pareja y distinguir entre una mala relación y discusiones aisladas, con una conducta violenta o represora.

Según los datos del estudio realizado por el Centro de Violencia Familiar, Echeburúa aseguró que las circunstancias que "conducen" a un homicidio conyugal son el abandono al agresor y la separación por un periodo inferior a los nueve mes, tras una convivencia prolongada en la que se sufrió maltrato físico y las amenazas de muerte.

En este sentido, subrayó que los casos de violencia contra los hombres constituyen entre un 10 y un 15 por ciento del total de los casos de homicidio conyugal. Pero al contrario de la violencia ejercida contra las mujeres, este tipo de asesinatos se producen como consecuencia del "miedo extremo" de la mujer a su agresor, en defensa ante los ataques de su pareja, y por desesperación y desamparo, aclaró.

MALOS TRATOS

El psicólogo señaló que el abuso del alcohol, el consumo crónico de drogas, y los celos patológicos son las conductas características de un agresor tipo. Además, la creencia de que la mujer debe ser sometida al marido, de que la violencia es una forma válida de solución de los problemas, y la negación o minimización de lo sucedido suelen ser los factores detonantes de la violencia de género.

En cuanto a las víctimas, el autoconvencimiento de que el hombre violento o posesivo puede cambiar, junto con la dependencia económica o emocional, la vergüenza a relatar los hechos, las presiones religiosas o familiares, la baja autoestima y las cargas familiares, hacen que no se atrevan o retrasen la denuncia de las agresiones.

Así, del total de víctimas de la violencia doméstica, el 57 por ciento sufren maltrato psicológico y el 43 por ciento físico. En este sentido, Echaburúa quiso destacar que, aunque es menos evidente, el maltrato psicológico provoca tanto daño y secuelas como el maltrato físico.

Además, de la muestra tomada en su estudio, el cuatro por ciento de las mujeres se declararon maltratadas, lo que supone un total de 680.000 víctimas. Asimismo, añadió que otro siete por ciento de las encuestadas, un total de 1.200.000 mujeres, que negaron sufrir maltrato, eran "técnicamente" víctimas de violencia doméstica.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Por otra parte, para este psicólogo, el sensacionalismo con que se informa de este tipo de sucesos, puede alentar en algunos casos a que ciertas personas que pensaran tener comportamientos negativos con sus parejas puedan llevarlos a cabo.

Pero, según Echeburúa, en la mayoría de los casos, los medios de comunicación han contribuido a hacer visible el tema de la violencia doméstica, que existe desde siempre, pero que "antes se acallaba". Eso es positivo porque a alentado a muchas víctimas que consideraban que esa situación pertenecía a la intimidad, a denunciar el maltrato que sufrían, destacó.

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