martes, 1 de abril de 2008

Aumentan las mujeres maltratadas que se refugian en casas de acogida para protegerse de sus parejas

Los expertos afirman que el incremento está motivado por el aumento de las muertes, que desencadena una mayor sensación de peligro. Baja la edad de las víctimas y el tiempo que permanecen alojadas

Mayor número de casos conocidos de mujeres muertas a manos de sus parejas, y por tanto, mayor sensación de un peligro real del que consideran necesario escapar de inmediato. Este es el motivo que explicaría el aumento registrado en 2007 del número de mujeres que han optado por dejar todo atrás y refugiarse en una casa de acogida, según la valoración de las especialistas que trabajan con ellas.

Así lo aseguró ayer la responsable del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Málaga, Pilar Oriente, que, junto al delegado del Gobierno, José Luis Marcos, ofreció el balance de atenciones realizadas por los diferentes recursos dependientes de este organismo de la Junta de Andalucía. Oriente explicó que este incremento, que ha pasado de 147 mujeres acogidas en el 2006 a las 189 de 2007, se produce después del parón experimentado en este tipo de acogimiento tras la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género, que permite juicios rápidos y la salida inmediata del agresor del domicilio familiar.

Aunque sigue siendo así, los continuos casos de mujeres asesinadas a manos de sus parejas el pasado año han provocado que víctimas de malos tratos en situación extrema o en momentos delicados tales como la separación o el divorcio hayan optado por refugiarse en esos primeros momentos y evitar males mayores, en tanto se produce el juicio y las medidas de alejamiento y protección. De hecho, el tiempo de estancia de estas mujeres en la casa de acogida se ha reducido, pasando de los tres o cuatro meses de hace un par de años, al mes en la actualidad.«La edad de las mujeres de las casas de acogida también ha bajado, de los 35 a los 32 años. Esto significa que ellas aguantan menos», afirmó Oriente.

Pasos

Cuando una mujer reclama que quiere salir de su casa por el peligro que corre, pasa los primeros dos o tres días en el Centro de Emergencia. Allí recibe una primera atención por parte de las psicólogas y la abogadas. Una vez estabilizada y analizada su situación jurídica puede irse un tiempo con algún familiar o amigo, si lo desea, o bien ingresar en la casa de acogida, que suele estar en una provincia diferente a la de su residencia habitual, para evitar que el maltratador la localice. Cuando se considera que el peligro ha pasado para ella porque se han tomado las medidas judiciales y policiales oportunas, retorna a su hogar: «Si vemos que su situación es muy desestructurada y que carece de todo apoyo trabajamos en su inserción laboral y puede pasar al piso tutelado», explica Oriente.

La mayoría de las mujeres que se esconden en las casas de acogida lo hacen con sus hijos, y así, junto a las 189 mujeres que se refugiaron en este recurso el pasado año se atendieron a 249 menores.

Las responsables de este centro ponen en conocimiento de la Fiscalía de Malos Tratos la situación de acogida de estas mujeres, para que se le comunique a los jueces y así intentar suspender cautelarmente la visita de los padres a los hijos en tanto se resuelve la situación: «En algunos casos conseguimos esta suspensión cautelar del régimen de visitas, pero en otros casos no. Depende de los jueces y de las provincias. En Málaga se suele conceder», indicó Pilar Oriente.

Las expertas consideran que estas visitas son contraproducentes, tanto para los menores como para las mujeres, que ven peligrar su seguridad, ya que es frecuente que el padre obtenga información de los hijos sobre el lugar en el que se encuentra la madre: «También observamos que, en muchos casos, los niños regresan muy afectados de estas visitas. No queremos privar de este derecho, sólo plateamos que se suspenda de forma cautelar, en tanto se resuelve la situación».

La responsable del IAM indicó que en estos momentos, sólo en la capital, hay 56 mujeres con protección policial, a través de un móvil que las conecta de forma permanente con el agente asignado por la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección contra los Malos Tratos a la Mujer (UPAP) de la Policía Nacional.

En cuanto al balance presentado, durante el pasado año, los diferentes recursos dependientes del Instituto Andaluz de la Mujer en Málaga realizaron más de 40.000 atenciones, bien a través de los teléfonos 016 y 900 200 999, bien a través del Centro Provincial de la Mujer, o de los 20 centros municipales repartidos por la provincia.

Motivos de las llamadas

Aunque un elevado número de atenciones tuvieron relación con información referente la violencia de género, otras muchas llamadas solicitaban asesoramiento relacionado con separaciones y divorcios, y un grupo importante requerían información sobre empleo, creación de empresas, acoso laboral y derechos de las mujeres.

El balance de 2007 refleja otros dos datos importantes. Uno es el notable incremento de hombres que han llamado a alguno de los teléfonos de atención para solicitar información relacionada con el modo de actuar ante casos de violencia machista de los que tenían conocimiento en su entorno. Aunque la cifra sigue siendo baja -169 llamadas de hombres- su crecimiento sí es significativo, ya que ha pasado de representar el 1% en 2006 al 3,36% el pasado año. «Se trata de una tendencia significativa, por lo que representa de sensibilización», señaló José Luis Marcos, que recordó que el pasado año Andalucía ha aprobado su primera Ley de Igualdad, «que se desarrollará durante todo este año».

Por otro lado, las llamadas vuelven a poner de manifiesto que se registran casos de malos tratos a edades muy tempranas, ya que cerca de 80 correspondían a casos de menores de 20 años.

No hay comentarios: